Con el resultado de los estudios previos del Plan Director se planteó una ambiciosa obra para recuperar los fosos de más de 12 metros de profundidad y desenterrar el castillo restaurando las fábricas dañadas. El proyecto supuso el drenaje de todas las aguas que el foso acumulaba, la apertura de los huecos de tiro de las galerías inferiores y la recuperación del sistema original de puentes que servían de acceso.
Se cometieron también trabajos de rejuntado y saneado de las fábricas de ladrillo de las fachadas exteriores del castillo por un proceso metodológico diseñado para conservar la estratigrafía muralla y las heridas históricas de guerra del edificio.
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