La ejecución de las obras de restauración, especialmente en situaciones muy delicadas, requiere de un continuo proceso de investigación y ensayo implicando a equipos multidisciplinares de profesionales y empresas para su desarrollo.
La reparación de los parapetos del castillo de Fuensaldaña en 1998, se realizó sin desmontar la estructura mediante reposiciones con morteros y cosidos con fibra de vidrio pieza a pieza y fue acompañada por un conjunto de ensayos de las soluciones que fueron publicados.
La consideración de la ladera al pie del castillo de Monteagudo de las Vicarías en Soria utilizó un encintado de la ladera en hormigón pilotado y anclado y la inyección del terreno entre el encintado y la cimentación del edificio. Dado el peligro de derrumbamiento se utilizaron sensores de tensión y movimiento en tiempo real que permitieron ejecutar la obra con garantías de seguridad para los operarios y chequear, con la ayuda de técnicas de exploración del subsuelo, la eficacia de la solución adoptada.
El parapeto de la Torre del Homenaje, compuesto por un conjunto de pretil y almena, colado sobre canes de piedra en todo su perímetro, conservaba los elementos originales. Algunos desprendimientos evidenciaron su mal estado de conservación.
Para la rehabilitación se optó por el cosido, armado y reintegración de las piezas afectadas con morteros de resina y varillas de fibra de vidrio en los elementos resistentes, y morteros acrílicos en los acabados exteriores.
Se confinó la cimentación de roca caliza del castillo que se encontraba fragmentada por la entrada de agua. Se construyó un muro de hormigón armado, cuya cimentación bajó más allá de las lutitas superficiales.
Se consolidó la base de la torre, mediante inyecciones de mortero; rodeando la base de apoyo de las rocas calizas se realizaron dos filas de micropilotes colocados al tresbolillo y ligeramente inclinados, sobre los pilotes se construyó una zapata que aporta una base estable al muro.
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