El proyecto de restauración encargado por la Junta de Castilla y León pretende la consolidación de las bóvedas románicas y la reforma de las cubiertas, independizando cada cuerpo, liberando el ábside de los añadidos exteriores y trasladando el retablo barroco, haciendo legible la evolución constructiva y dejando vista la cornisa y los canecillos del templo románico. Las obras incluyeron también la limpieza, rejuntado y recuperación de fábricas, saneamiento del muro norte por ventilación para eliminar las humedades en el interior; y finalmente reposición y saneamiento de la portada románica que recupera su relevancia.
Al interior se realizan mejoras que ayudan a comprender el monumento poniendo en valor el carácter inicial románico y sus reformas posteriores. Se limpia la piedra románica en la nave central y crucero, y se recupera los revocos y guarnecidos en los cuerpos barrocos. Asimismo, se recuperan los suelos diferenciando las diferentes naves.
Originalmente el templo románico de finales del siglo XII solo contaba con una nave, en el siglo XV se realizó la primera ampliación añadiendo dos capillas laterales, en el XVIII una de las naves se prolongó comunicándose con la nave principal, por último, en el siglo XX se llevaron a cabo una serie de intervenciones que pusieron en peligro la estructura, como una cubierta común para las tres naves y la construcción de edificios adosados que complicaban la lectura del edificio.
El proyecto de restauración pretendía la recuperac1on de la estructura del templo, y devolver a cada espacio de la coherencia arquitectónica que debían tener. Para ello se consolidaron las bóvedas románicas y la reforma de las cubiertas, independizando cada cuerpo, liberando el ábside de los añadidos exteriores y trasladando el retablo barroco, haciendo legible la evolución constructiva y dejando vista la cornisa y los canecillos del templo románico.
Las obras incluyeron también la limpieza, rejuntado y recuperación de fábricas, saneamiento del muro norte por ventilación para eliminar las humedades en el interior; y finalmente reposición y saneamiento de la portada románica que recupera su relevancia.
Al interior se realizan mejoras que ayudan a comprender el monumento poniendo en valor el carácter inicial roman1co y sus reformas posteriores. Se limpia la piedra románica en la nave central y crucero, y se recupera los revocos y guarnecidos en los cuerpos barrocos. Asimismo, se recuperan los suelos diferenciando las diferentes naves.